Cómo lograr resultados excepcionales con el Aceite de Orujo de Oliva
Comer es sin duda uno de los grandes placeres de la vida, y una excelente forma de compartir momentos especiales con las personas más cercanas, como en las fiestas propias de estas fechas. Conseguir un resultado exquisito requiere tener en cuenta diferentes aspectos, desde elegir una materia prima de calidad, hasta seleccionar las técnicas de cocinado más adecuadas, pasando por disponer del tiempo y las herramientas necesarias. Conseguir un pollo asado al horno jugoso, por ejemplo, tiene sus trucos. ¡Si quieres saber cómo lograr asados crujientes y jugosos sigue leyendo!
Seleccionando los ingredientes adecuados para un gran asado
Elegir buenos ingredientes es fundamental para que el resultado sea óptimo. Pero no solo debemos seleccionar materia prima de calidad, sino que también tener en cuenta que sea idónea para el resultado que estamos buscando. Así, no debemos elegir el mismo tipo de carne para preparar un asado que si vamos a hacer una de nuestras recetas de guisos.
Elegir la carne adecuada
Si vamos a preparar carne, es muy importante tener en cuenta cómo la vamos a cocinar. Para elaborar un asado, las piezas más adecuadas son las de carne limpia y jugosa. Por ejemplo, del cerdo podemos elegir el solomillo, la paleta, el costillar, la cinta de lomo, o un cochinillo entero.
Si preferimos carne de vacuno, el solomillo, el lomo alto, la cadera o el costillar son perfectos para asar. Para conseguir un pollo asado jugoso al horno, es importante que la pieza no sea demasiado grande para que se haga bien sin quedar seco. Lo ideal es un pollo de tamaño mediano que no pase de 1,5 kg.
Marinado y aderezos
Una buena receta de carne asada jugosa a buen seguro incluirá indicaciones para aderezarla. El marinado es una técnica que realza el sabor de los alimentos y que, en algunos casos, ayuda a ablandarla. Consiste básicamente en sumergir la carne, el pescado o los vegetales en una mezcla de sal, aceite, hierbas, especias y un líquido ácido, que puede ser vinagre, limón o alcoholes fermentados.
La proporción habitual es tres partes de aceite por una de ácido y una cucharada de sal por cada medio kilo de carne. El aceite de orujo de oliva permite que la carne absorba la mezcla y se impregne con su sabor, ya que los componentes químicos de las hierbas y especias son solubles en grasas. Además, el aceite de orujo de oliva permite disminuir el sabor ácido y salado, equilibrando el gusto del marinado. Recordemos que, además el aceite de orujo de oliva es rico en polifenoles, una sustancia beneficiosa para la salud por su actividad antioxidante y sus propiedades antiinflamatorias.
Existen multitud de posibilidades a la hora de marinar, algunas de ellas más conocidas como el escabeche o el adobo, y otras menos habituales en España, como el ceviche.
Un factor importante a tener en cuenta es el tiempo del marinado. De manera general, cuanto mayor sea la pieza más tiempo la tendremos sumergida en nuestro marinado. También existen una serie de recomendaciones en función del tipo de carne. Así, paras las carnes rojas se recomienda un periodo de entre 3 y 12 horas, aunque cuanto más dura sea la carne más tiempo va a necesitar. Para las carnes blancas es suficiente con entre 1 y 3 horas. En el caso de los pescados, los de carne blanca solo necesitan entre 20 minutos y 1 hora, y los de carne más densa, entre 1 y 8 horas.
El marinado perfecto va en cuestión de gustos: a unas personas les puede gustar un punto más ácido y a otros un toque aromático menos intenso. Cada persona puede tener sus trucos e ingredientes secretos. Si quieres saber cómo hacer la carne asada perfecta, es posible que cada cocinero tenga su propia receta, pero sin duda, un buen marinado es fundamental para dar a nuestros platos un sabor único.
Preparación del asado
Una vez que hemos elegido las piezas adecuadas y las hemos aderezado convenientemente, llega el momento de preparar un asado jugoso. Asar es una técnica que consiste en cocinar los alimentos aplicando directamente calor seco.
<H3> La elección del método de cocción: asar al horno, a la parrilla u otras técnicas
El horno y la parrilla son las dos principales técnicas para asar. Podemos elegir una u otra en función del resultado que queramos conseguir. La parrilla es excelente para lograr una textura más crujiente y sabores ahumados, mientras que el horno requiere de menor supervisión y generalmente es apto para cantidades más grandes.
Dentro del asado en una parrilla, podemos utilizar diferentes métodos, como el asado en piedra, cuando los alimentos se cocinan directamente sobre una piedra calentada previamente en la parrilla, o el asado en plancha, cuando se utiliza una superficie de acero o hierro fundido, calentada también en la parrilla, para el cocinado.
Consejos para lograr un asado jugoso y crujiente
Ya conocemos algunos de los trucos para conseguir unos muslos de pollo asado al horno jugosos, pero el momento del asado es crucial para conseguir un resultado exquisito.
Control de la temperatura y tiempos de cocción para obtener una carne tierna y jugosa
La temperatura es uno de los grandes secretos para conseguir un asado al horno jugoso. Es fundamental precalentarlo a una temperatura elevada antes de introducir los alimentos. Tras introducir los alimentos, es aconsejable mantener durante unos minutos una temperatura alta para sellar la carne. A continuación, debemos bajarla para que nuestro asado se vaya cocinando de manera lenta y uniforme.
En el caso del asado en la parrilla, es recomendable precalentarla con la tapa cerrada. Una vez colocados los alimentos en la rejilla, podemos volver a cerrar la tapa. En estos casos es conveniente utilizar un termómetro de carne para saber si se alcanza la temperatura deseada.
Técnicas de sellado: cómo lograr una deliciosa capa crujiente en el exterior del asado
Como hemos comentado, la parrilla es perfecta para conseguir una deliciosa capa exterior crujiente, pero si usamos el horno también podemos lograrlo. En ambos casos es fundamental sellar la carne correctamente, ya que esto permite retener la humedad y el sabor, y al mismo tiempo lograr la textura que buscamos.
Una temperatura óptima, tanto en el precalentado como durante el cocinado, también son muy importantes para mantener la carne jugosa por dentro y crujiente por fuera. Y, por último, no debemos ser impacientes y esperar un poco antes de cortar. Es aconsejable dejar los alimentos unos minutos fuera de la parrilla o el horno antes de cortarlos, ya que así estamos dejando que los jugos internos se redistribuyan.
En resumen, lograr el punto perfecto de un asado requiere de un poco de paciencia, pero con unos pequeños trucos podrás disfrutar de un delicioso asado. ¡Buen apetito!
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